martes, 16 de septiembre de 2008

Ensayo #4: La película: WIT

Como bien lo expresaron muchos sabios el vivir es caminar siguiendo una ruta de aprendizaje. Cada día nos enfrentamos hacia diversas circunstancias que nos hacen cambiar nuestras maneras de pensar, de tratar a las personas y de desempeñarnos.
Casi todas las cosas existentes en este mundo con propósito y entusiasmo podemos aprenderlas o al menos sobrellevarlas, sin embargo y quizás el punto negro el este cuadro blanco, sea la muerte: nadie está preparado para su llegada. Ni siquiera aquel al que se le han diagnosticado su pronta defunción.

Wit es una película que nos demuestra lo anterior, nos confronta en el punto de que ni siquiera todo el estudio, preparación o éxito puede librarnos de este proceso natural. Su protagonista ante la frustración encuentra un rayo de luz que traspasa la densa y oscura cortina de depresión, que la hace reconocer que al menos en el tiempo de vida que le queda puede intentar vivir lo mejor posible y es por ello que trata de hacer su estar en este mundo un transcurrir lleno de amabilidad y compasión hacia los demás.

Es cierto, que existen diversas creencias acerca de la muerte: unos consideran que es una nueva vida en la cual el bienestar del individuo dependerá de su buena conducta o de los adecuados rituales que realicen sus parientes, otros consideran que si aún después de morir no somos dignos de encontrarnos con Dios todavía podemos regresar para resolver nuestros conflictos o bien podemos ir al “purgatorio” a mejorar nuestras almas. Empero, cualquiera que sea la creencia acerca de la muerte y cualquiera que sea la manera de cómo regula nuestro comportamiento, nadie puede detenerla, todos estamos consignados a ella como le sucedió a Emma (protagonista). Sin embargo, cabe destacar que esta mujer aún viéndose devastada por un cáncer terminal no murió mentalmente sino que se propone vivir sus últimos días con entusiasmo, tratando de que se le recuerde no por sus éxitos profesionales sino por su valor como persona.

La actitud de esta profesora nos exhorta a no esperar hasta nuestro último minuto de vida para crecer como personas y brindar ayuda a los demás, a dejar de pensar solo en nosotros mismo y aparentar. Por el contrario nos motiva a levantarnos cada mañana con un nuevo propósito, con un deseo de expresar amor y brindar alegría a los demás.

Quisiera finalizar brindándoles una presentanción que me hace ver lo bello de la vida y todo lo que me pierdo por centrar mi atención en otras cosas.



Elízabeth Guerrero Barrantes

No hay comentarios: