sábado, 20 de septiembre de 2008

Mi Matapalo

Todos sabemos que no somos perfectos, que todos nacemos con defectos y que tenemos que aprender conforme crecemos. Lo difícil es reconocer cuáles son esos “matapalos” y más aún tratar de secarlos.
En mi caso considero que uno de mis matapalos puede ser el perfeccionismo. Empero me parece oportuno mencionar la distinción que respecto a los perfeccionistas hacen los estudiosos.
Se dice que existen:


* Los perfeccionistas normales, los cuáles obtienen un sentimiento muy real de placer de los resultados de un esfuerzo costoso.
* Los perfeccionistas neuróticos, los cuáles son incapaces de sentir satisfacción porque a sus ojos nunca consiguen hacer las cosas lo suficientemente bien como para alcanzar ese sentimiento.[i]

Claro este punto, me clasifico dentro de los perfeccionistas normales.

El perfeccionismo como cualquier cosa se puede ver desde dos puntos: desde el lado positivo se puede concebir como una motivación que lleva realizar nuestro mayor esfuerzo en todo lo que hacemos y a luchar por alcanzar el éxito en la medida que sea posible. Además contribuye a centrarse tanto en una tarea que uno se puede volver experto en ella.

Sin embargo, este deseo por alcanzar la perfección puede tornarse negativo al producir frustración ante la imposibilidad de realización de un proyecto deseado. Este fracaso al mismo tiempo puede acarrear un sentimiento de baja autoestima y que sintamos que somos incapaces de desempeñarnos en ciertas áreas.

Otro aspecto nocivo del perfeccionismo es que a menudo nos limita el desarrollo de valores como la tolerancia, la comprensión, la solidaridad y la capacidad de trabajo en grupo, ya que a menudo los perfeccionistas por su sentido de responsabilidad y esfuerzo son seleccionados como líderes y en su afán de que todo sea perfecto olvidan que deben tomar en cuenta las opiniones de todos, aunque no les parezcan adecuadas, y debe tener paciencia con aquellos que no son iguales o aquellos a los que consideran tiene maneras erróneas de pensar.

Con frecuencia y a título personal considero que a los perfeccionistas también en alguna medida se nos hace un trabajo arduo establecer relaciones con las otras personas pues envueltos en nuestra burbuja de superación muchas personas a nuestros ojos parecen “estúpidas” y no nos interesa entablar amistad con ellas, desaprovechando quizás maneras diferentes de pensamiento que nos pueden enriquecer.

Como conclusión considero que mi matapalo puede ser muy frecuente en las personas y sobre todo en aquellas que vienen de hogares completamente estructurados como el mío. Es por ello que debemos de aprender a lidiar con esto para que no nos cause frustración y nos convirtamos en seres humanos infelices.


EGB

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