Ensayo #3: La metodología utilizada por el profesor Adonay Arrieta

Desde que nacemos se nos enseña como caminar, como comer, como hablar y comportarnos frente a los demás. Se nos establecen una serie de directrices, que si se cumplen los sueños de nuestros padres, nos acompañarán por el resto de nuestras vidas. Si bien todas estas normas impuestas nos ayudan en nuestro crecimiento personal y en recibir la aceptación de los demás (factor importante durante el crecimiento), es probable que también nos enclaustren y nos provoquen frustración en el momento en que queramos salirnos de esos esquemas ya que quizás nuestras acciones no estén bien a los ojos de otros.

Es en este punto donde cabe preguntarnos, si importa más: encajar en los parámetros de la sociedad o abrir nuestras mentes y hacer solo aquello que nos haga felices. Con esta pequeña reseña creo que puede quedar quizás escasamente (pero concretamente) expresado el sentido de las clases o el mensaje que a título personal considero desea expresar el profesor Adonai Arrieta en sus lecciones.

Sin mucho conocimiento de su persona es fácil intuir que es un amante de la vida y de todos los colores, aromas y sabores que esta nos puede brindar. Con sus técnicas de trabajo incluyendo: la meditación, reflexiones, relajación y críticas; desea transmitir a sus estudiantes esta radiante manera de vivir. Con su lema “Rompiendo Paradigmas” intenta quitar un poco los esquemas en las mentes de sus educandos y que expandan sus fronteras para que aprendan a sobrellevar las cargas de una mejor manera y logren una mejor calidad de vida.

Con su manera informal de tratar a sus oyentes pretende crear en el aula una atmósfera inundada de diálogo y disminuir el abismo que en muchas ocasiones se crea entre maestro y discípulos.

Empero, a pesar de que me parecen admirables sus intentos por proporcionarnos estrategias para salir de nuestros globos de perfeccionismo y estructuralismo si discrepo en el hecho de que ante una clase de derecho, los conocimientos acerca de este (el derecho) son los que menos se obtienen o al menos no se ven de manera explícita. [1] Es por ello que quizás ante el anhelo de muchos, iguales como yo, de obtener información de aquello en lo que pensamos trabajar a futuro, esta clase se nos haga un poco chocante y debamos prepararnos para algo no tradicional.

Sin afán de desacreditar el conocimiento y preparación del profesor, solo expongo mi opinión acerca de lo anterior. Me parece que quizás al hablar de “mentes abiertas” también deberíamos de considerar que al ser todos diferentes debemos, al igual que se nos respetan nuestras creencias y maneras de sobrellevar la vida respetar las prioridades y objetivos de los otros, que es un punto que me parece se ve un poco agravado en la clase al no tomarse en cuenta los intereses de todos (si es que hablamos de una clase abierta a opiniones). Puede ser que expresándolo de manera grotesca y extremista se presente un cierto “abuso del poder” al imponer a los estudiantes una serie de prácticas y conocimientos no propios de su carrera[2]. Considero que así como en la sociedad, para la convivencia se hace estrictamente necesario el valor de la tolerancia, así mismo en la clase se requiere de ella.

A fin de ver lo anterior como una crítica constructiva quisiera aclarar que no deseo desprestigiar las clases del profesor y mucho menos irrespetar a aquellos que están completamente de acuerdo con su metodología, porque también entiendo que todo en la vida es aprendizaje y por lo tanto es enriquecedor explorar todos los campos que se nos permitan, sin embargo (al menos en mi caso) me hubiera sido de mucho provecho el saber anticipadamente a que me enfrentaba o pienso que talvés el nombre del curso no es el adecuado. Por lo tanto propongo una modificación del curso o bien que se informe a los estudiantes acerca de lo que van a ver antes de matricular para conocer si es o no de su interés (situación que les permitiría matricular en otro grupo y al mismo tiempo al profesor desarrollar su lección con un público más interesado), ya que como bien me lo indico el profesor, menciono uno de sus estudiantes: “en esta clase he aprendido mucho sobre la vida, pero nada de derecho”.




[1] Realizo la salvedad de que el curso aún no ha terminado y puede que me este anticipando, sin embargo analizando los proyectos de clase hasta el momento no tengo conocimiento del aprendizaje del Derecho en sí.
[2] Aclaro nuevamente que quizás sea que no se muestran de manera explícita hasta el momento.

Elízabeth Guerrero Barrantes